Monday 16 March 2020

¿Qué pasa con la desobediencia civil?

Mire a tu alrededor. ¿Se están acumulando los cadáveres por todas partes? Ah, Ud. responde, es importante aplanar la tasa de infección por coronavirus para no sobrecargar nuestros servicios públicos sanitarios, los únicos que le tratarán gratis por el coronavirus. (El mismo sistema de salud que se destrozó y se privatizó sin tregua durante décadas). ¡¡¡Hay que "aplanar la curva"!!! Por lo tanto, tenemos que aislarnos.

Tengo dos cosas que decirle:
  1. Sería bueno asegurarnos en el futuro de que nuestro servicios públicos no estén funcionando a plena capacidad, o más, en tiempos normales, de modo de que los nuevos brotes de algún virus no creen el armageddon.
  2. La implacable propaganda que se arroja desde cada pantalla de televisión y periódico es precisamente lo que ha hecho que las personas sobrecarguen el sistema de salud con unos síntomas que mejor se tratan permaneciendo en la cama, no propagando los gérmenes.
El bombardeo mediático ha sido más parecido a la caída de las Torres Gemelas que cualquier otra cosa. Donde quiera que mire, los medios de comunicación están gritando "¡Virus!" y "Pandemia!", señalándolo con enormes letras rojas, en imágenes estridentes y repetitivas. Recuerde que la baja tasa de mortalidad de Corea del Sur por el virus se debe a que las autoridades allí identificaron con gran eficacia a quienes tenían el virus en primer lugar. La tasa de mortalidad de la OMS del 3% es, en sus propias palabras, "ingenua y engañosa", porque depende del número de casos reportados del virus, que es un pequeño reflejo del número real de casos. No se registra la gran cantidad de casos leves; las personas que mejoran solas o con un par de paracetamol no están allí. La cifra total de casos de la OMS es solo de aquellos que se enfermaron gravemente por el virus y terminaron en el hospital, desproporcionadamente los ancianos y los enfermos, y su tasa de mortalidad es más alta. Las personas en países sin un sistema nacional de salud generalmente solo van al hospital cuando están muy enfermas, especialmente aquellos que son pobres y desfavorecidos.
Tenga en cuenta que los menores de 30 años en Corea del Sur tienen una tasa de mortalidad del 0%. Y con 66 muertes de 7.869, la tasa de mortalidad es solo del 0,84% entre los casos de infección detectados, con un nivel más alto entre los hombres debido al tabaquismo. En Inglaterra y Gales, según el British Medical Journal (una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo), el número total de muertes NO aumenta, el número de muertes respiratorias NO aumenta, el total de muertes NO ha aumentado y las muertes respiratorias NO han aumentado. Entonces, dado que la tasa de mortalidad por coronavirus es más o menos similar a la de los otros coronavirus que padecemos cada año durante la "temporada de gripe" en alcance y objetivo, la histeria mostrada por los medios, el gobierno y la población hace mucho más daño que la enfermedad misma. En España, vi en la televisión nacional a un reportero que mostraba una "terraza" con gente tomando cerveza (¡ay, ya no más!), que los llamaba irresponsables y mencionaba con gran contundencia que estaban en un espacio abierto cerca de otras personas y "comían aceitunas usando la mano". La OMS tardó mucho en llamarlo "pandemia", mientras que los medios masivos lo hicieron desde el primer día implacablemente. ¿Sin embargo, es la crisis realmente una pandemia? En realidad no existe ningún definición cuantificada de "pandemia", que es sencillamente una epidemia que se ha extendido a varios países. ¿Llamarías el refriado común "pandemia"? La Fundación Bill y Melinda Gates es ahora el segundo mayor donante de la OMS, después del gobierno de los Estados Unidos (piénselo). También ha financiado una vacuna que dice que podrá estar lista en abril. No hay conflicto de intereses allí entonces. Llámeme cínica, pero apuesto a que Bill y Melinda no se vacunarán. Las medidas drásticas y burguesas que se toman, confinar a la gente en sus hogar, prohibir las visitas a amigos, cerrar todos los espacios públicos, etc., son extremadamente perjudiciales para las personas vulnerables: las personas mayores que pasan días sin ver a nadie y ven contenido incesantemente aterrador en la televisión, los niños que dependen de las comidas escolares, las personas que viven con familiares con enfermedades mentales o violentos, etc. Sin mencionar a las personas sin hogar. El cierre de escuelas y guarderías significa que muchos trabajadores sanitarios se quedarán en casa para cuidar a sus propios hijos o familiares dependientes. Ya Ud. no puede salir, ni siquiera a un parque, aunque nadie nunca haya contraído un virus al caminar por el parque. Sus hijos deben permanecer en el interior en un futuro previsible. Se le permite tomar el metro o autobús abarrotados para ir al trabajo, o hacer teletrabajo codo con codo con otros trabajadores, y usar auriculares que otros han usado minutos antes. Ud. no puede ir de compras a menos que vaya solo al supermercado, pero puede comprar golosinas y tabaco. Está previsto que los drones y personal militar harán cumplir la ley. Mientras tanto, 30,000 soldados estadounidenses están llegando a Europa en su mayor operación militar de los últimos 25 años, sin medidas sanitarias y con absoluta libertad de movimiento en su tiempo de ocio. (La postura agresiva de los EE.UU. ha puesto a Rusia en alerta máxima). Ahora que el desorden obsesivo de lavarse las manos repetidamente se ha vuelto prescriptivo, una orden incluso, ahora que nuestras propias manos se han vuelto intocables, ahora que ya no debemos contactar físicamente con otras personas, excluyendo el ridículo saludo de codo, ¿no hay nada que no esté prohibido o obligatorio en este nuevo régimen totalitario? En tan poco tiempo, hemos sucumbido al lavado de cerebro y a la mentalidad de rebaño que dicta que es irresponsable, o incluso un abandono del deber cívico, encontrarse con otras personas, hablar cara a cara y tocar a otros seres humanos, todo esto cosas ahora potencialmente sancionables con severidad. ¿Dónde está el derecho a la libre circulación en nuestro planeta común, a la asociación pública o privada con otros, y a la manifestación pública contra la corrupción y el poder que se ha extralimitado? ¿Quién defenderá a los perseguidos o los discriminados? El verdadero desinterés y el sacrificio se han convertido de la noche a la mañana en comportamiento peligroso, subversivo y desconsiderado que debe detenerse a toda costa. En cambio, estamos obligados a mostrar un patriotismo de manada aplaudiendo desde nuestros balcones en solidaridad con los trabajadores de la salud, aplaudiendo junto a todos aquellos que votaron una y otra vez por los partidos políticos que destruyeron los servicios públicos sanitarios. No existe suficiente nivel de amenaza para la salud -y el coronavirus actual está muy lejos de ser una amenaza importante para la salud pública-, para justificar que las élites dicten quién puede reunirse dentro o fuera de su hogar, o dónde pueden ir. Los ricos, como están las cosas, no han restringido sus movimientos, sino que se han marchado, empleados domésticos y todo, para disfrutar durante las próximas semanas en el lujo de sus segundas residencias y en compañía de sus amigos gángsters. Tampoco se arriesgan a perder el sustento. Mientras tanto, los bancos centrales acaban de inyectar otra auténtica fortuna a los bolsillos de los muy ricos. Tenga en cuenta que no han decidido perdonar la deuda estudiantil o la deuda hipotecaria de quienes pierdan sus empleos. Por ejemplo, el Banco Central Europeo ha inyectado unos 120 mil millones de euros ($135,28 mil millones), todo lo cual desapareció en minutos. El monto de la Reserva Federal de EE.UU. fue de $1.5 trillones. Ud. podría tirar un dólar por segundo durante casi 50,000 años (piénselo). Este dinero, en esencia recién impreso, será pagado por usted y por mí en servicios públicos reducidos, la pérdida de valor de nuestros escasos ahorros, la pérdida de nuestros trabajos o una mayor reducción de nuestros derechos laborales restantes. De hecho, las cantidades son mucho más altas. Han estado inyectando dinero subrepticiamente durante meses, parcheando un sistema económico en ruinas que ahora ha encontrado el chivo expiatorio perfecto. Al mismo tiempo, hemos perdido el derecho ganado con tanto esfuerzo -murieron muchos por ello- de manifestarnos contra la desaparición de nuestros derechos más básicos de movimiento y asociación. Agregue a eso el derecho fundamental a la integridad corporal, que pronto será tirado por la ventana cuando se nos vacune a la fuerza, bajo pena de arresto o peor (y posteriormente vacunación) por no querer aceptarlo. Al igual que 11S, que también tuvo un antes y un después en lo que respecta a los derechos civiles, estamos sucumbiendo sorprendentemente fácilmente al bombardeo pasivo-agresivo que estamos recibiendo. De hecho, los dos mensajes son incompatibles, pero no deje que eso le desanime. El mensaje: "No se preocupe, mantenga la calma, siga trabajando y luego enciérrese en el interior de su casa"; seguido del otro: "¡Pandemia! ¡Virus! ¡Ud. va morir!" No caiga en la trampa.