Monday, 24 February 2020

¡Venezuela, Irán!

Es un tópico en algunas redes sociales, y parece que la extrema derecha no se ha enterado, pero los que han utilizado dinero negro de Venezuela o de Irán no han sido precisamente los de Podemos. No nos van bien las cosas en ningún país que ha seguido el neoliberalismo y, a estas alturas, sería bueno que pusiéramos a los países nórdicos como un buen ejemplo a seguir en muchas cosas (sentido democrático, derechos de la mujer, sanidad, educación, civismo...), pero no lo haremos porque cada vez que se abra un debate sobre el modelo a seguir, la extrema derecha responde con las palabras Venezuela e Irán. Podría yo contestar, "¡Burundi!" o "¡Tanzania!".

Podría, si quisiera ir más al grano, contestar: "¡Saudi Arabia!" Porque ese país, que odia a las mujeres, que trata a los asiáticos como esclavos, que decapita y crucifica a sus disidentes, que está destrozando un país entero en estos mismos momentos (Yemen), que fue el país responsable -si te lo quieres creer- del atentado de las Torres Gemelas, que vende el petróleo y comercializa con la corrupción que garantizan que nuestras instituciones no harán nada frente a la crisis climático que en cuestión de décadas acabará con gran parte de la humanidad, y mandará la restante a la edad de piedra... a ese país los mismos nunca aluden. Es un aliado, receptor de nuestras armas más mortíferas, las que sabemos que están usando contra civiles de uno de los países más pobres del mundo.

No obstante lo que Venezuela e Irán es especialmente relevante, aunque los mismos no lo quieran saber, dado que Podemos no tiene vínculo con dinero negro en ningún país, como ha sentenciado el Tribunal Superior unas 7 veces ya. Es cierto que alguna de su gente ha trabajado como politóloga para varios gobiernos del mundo (ah, ¡Venezuela, Irán!, pero también la UE).

Pero -y dice mucho sobre lo poco serias que son sus fuentes de información- estos días los que sabemos leer -y no solo ver la tele- hemos aprendido que "un alto cargo de la Xunta de Galicia nombrado por Alberto Núñez Feijóo ha trazado un plan en Venezuela para que una fundación pública cubra con fondos propios el agujero de 300.000 euros detectado por el Tribunal de Cuentas en la gestión de las ayudas de emergencia a españoles en aquel país durante 2015 y 2016, dos años electorales.

El secretario general de Emigración de la Xunta de Galicia, Antonio Rodríguez Miranda, un dirigente próximo a Feijóo, formuló esa propuesta en diciembre pasado durante una reunión en la embajada española a la que acudieron el embajador, Jesús Silva, y el cónsul general, Juan José Buitrago."

Tampoco se han enterado de que, en 2017, "el hermano de Ignacio González [está siendo] investigado por negocios y comisiones en Venezuela. Pablo González consiguió contratos en cinco países, participó del reparto de comisiones 'en todos los sentidos' y benefició a su círculo familiar más cercano."

En enero "Vox reconoce que financió su campaña a las europeas con dinero iraní aunque la Ley Electoral lo prohíbe expresamente. La financiación extranjera de partidos durante la campaña electoral está prohibida por el artículo 128.2 de la Ley Electoral. Partidarios en el exilio del grupo de oposición marxista-islámico CNRI financiaron el 80% de la campaña, que costó un millón de euros."

Uno de los problemas no es la falta de ejemplos, sino que ya son tantos, y tan descarados, que es imposible estar al día. Otro es que estos dineros que parecen relativamente modestos son utilizados para trucar el resultado electoral. El gasto de los partidos en las elecciones generales están regulado porque puede -evidentemente- influir el resultado. Tanto Vox como el PP han usado dinero negro para situarse más cerca del poder en unas prácticas que no son compatibles con una democracia.

Y lo más triste es que los votantes que apoyan la extrema derecha, y a la extrema, extrema derecha, no quiere escuchar, ni saber la verdad. No responden a los hechos, sino cambian de tema. Y vuelven a votar por sus partidos que son organizaciones corruptas, o sea, no exclusivamente unos individuos corruptos. Casi con seguridad, son mafia.